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El “ladrillo” español se pasa al negocio de las placas solares.

14-11-08. Gema Fernández (soitu.es)
viernes, 14 noviembre 2008.
Gema Fernández (soitu.es)
El “ladrillo” español se pasa al negocio de las placas solares.
La Asociación de la Industria solar fotovoltaica (ASIF), el portal Web Suelo Solar, y la consultora legal Promein Abogados, entre otros explican la conversión de los agentes inmobiliarios al sector solar, y las oportunidades que este sector ofrece.
El sol está resultando ser la tabla de salvación de más de una compañía inmobiliaria. Y no hablamos de los apartamentos de la costa, que sólo son un quebradero de cabeza para inversores y promotores, sino de la energía fotovoltaica, aquélla capaz de generar electricidad partiendo de las radiaciones solares. Compañías como Montebalito apostaron por este sector hace años, y prácticamente han abandonado el ''ladrillo'', otras están siguiendo su estela azuzadas por la crisis. Los expertos aseguran que, pese a los cambios legislativos aprobados hace un par de meses, el fotovoltaico sigue siendo un mercado atractivo, rentable y con mucha proyección de futuro. Algunos analistas opinan que las empresas del ''ladrillo'' parten con una clara ventaja para dedicarse a la producción de energías limpias, y más aún si se trata de fotovoltaica. "En vez de colocar ladrillos, se colocan placas solares, y en lugar de alquilar o vender casas, se alquilan cubiertas o se venden parques", resume Carlos Mateu, socio fundador de Suelo Solar y director general de Promein Abogados, consultora legal especializada en derecho inmobiliario y en proyectos de energía solar fotovoltaica conectada a red. Desde Asif (Asociación de la Industria Fotovoltaica), nos concretan un factor a favor de inmobiliarias y constructoras: "son expertas en adquirir suelos y en su posterior desarrollo", comenta Tomás Díaz, su portavoz. Y es que para ''plantar'' una instalación solar es necesario que el ayuntamiento correspondiente califique los terrenos como industriales. Además, según Mateu, esta reconversión empresarial se verá favorecida por la nueva normativa en materia de construcción y por la reconversión de comerciales inmobiliarios en comerciales ''solares''. En este sentido, el Código Técnico de la Edificación (CTE) establece la obligación de incorporar criterios de eficiencia energética y el uso de energía solar, térmica o fotovoltaica, en los nuevos edificios o en aquellos que se vayan a rehabilitar. Y, según Asif, en España "hay tejados más que suficientes para cubrir toda la demanda eléctrica únicamente con paneles fotovoltaicos". ¿Pensar en verde? Está claro que inmobiliarias como Montebalito, Urbas Guadahermosa, San José, Coperfil o Niñerola no se han colgado la ''etiqueta verde'' por una cuestión normativa, o por demostrar una mayor conciencia sobre el cambio climático y el desarrollo sostenible. La rentabilidad del negocio ha sido su mejor reclamo. "Se trata de un sector con un crecimiento de tres dígitos", explican desde Montebalito cuando les preguntamos por su apuesta fotovoltaica. Esta inmobiliaria canaria optó por las renovables "hace tres años", y se ha ido posicionando poco a poco en el mercado, hasta que, el pasado febrero, solicitaba a la CNMV dejar de cotizar en Bolsa como una inmobiliaria y hacerlo como una compañía ''verde''. Y la estrategia "ha sido muy acertada", según sus directivos, a tenor de los resultados obtenidos en el último trimestre. La cúpula de la sociedad pretende dedicarse en cuerpo y alma al negocio solar, abandonando totalmente el ''ladrillo''. "En el momento en que nos deshagamos del patrimonio inmobiliario que nos queda, dejaremos el sector", nos comentan en la empresa. Los planes de futuro pasan ahora por la expansión geográfica del negocio fotovoltaico fuera de las fronteras españolas, y por la creación de una fábrica de paneles solares en Albacete. En vez de colocar ladrillos, se colocan placas solares, y en lugar de alquilar o vender casas, se alquilan cubiertas o se venden parques. La apuesta por la energía solar de Niñerola Grup también ha sido de las más fuertes del sector. La inmobiliaria tarraconense se asoció a finales de 2006 con la compañía china Jiangsu Sunrain Solar para la fabricación y comercialización de equipos generadores de energía solar. El resultado de esta alianza es la compañía Wolss Sunrain. Coperfil Inmobiliaria, por su parte, lleva tiempo instalando placas fotovoltaicas en las cubiertas de los edificios que componen los parques logísticos y comerciales y los complejos de oficinas que construye habitualmente. El objetivo es ahorrar más de un 50% del consumo eléctrico de estos inmuebles, pero la compañía también ofrece la posibilidad de volcar parte de la energía generada a la red eléctrica, lo que proporciona unas rentas adicionales. El próximo paso: incluir molinos eólicos en sus complejos. En cuanto a Urbas Guadahermosa, se introdujo en el negocio fotovoltaico en 2007, empujada por el cambio de ciclo en el sector inmobiliario. Mientras San José anunciaba a principios de este año su apuesta por las renovables con la creación de San José Energía, centrada en el negocio solar. Nada que decir de las pioneras en esto de la diversificación hacia sectores no propios: las grandes constructoras. ACS, Acciona, Ferrovial, FCC, Sacyr o Isolux Corsán, entre otras, son grandes emporios donde el ''ladrillo'' comparte protagonismo con las energías renovables. Vender sol Las últimas en sumarse al carro solar son las agencias inmobiliarias, que se han convertido en mediadoras entre los propietarios de naves y terrenos donde podrían colocarse placas solares, y los promotores e inversores fotovoltaicos. "Los agentes inmobiliarios especializados en el alquiler de temporada en las costas españolas llevan muchos años vendiendo sol para el turismo —dice Mateu—. Ahora están empezando a concebir el sol como una fuente de energía capaz de retornar la inversión necesaria para este tipo de instalaciones solares". Este hecho lo corrobora José Manuel Gómez, fundador de Prosolar, quien asegura que "varias redes de franquicias inmobiliarias" le han pedido consejo "para reconvertir sus agencias" al negocio solar, ya que, con la crisis, no venden pisos. Sin embargo, hay quien cree que muchos están llegando a este negocio cuando el sol se pone. Y no porque se trate de una materia prima que se agota, como ocurre con el petróleo, sino porque la nueva regulación aprobada por el Gobierno español supone una considerable rebaja de las primas. "El panorama actual no es tan favorable a la inversión en fotovoltaica —afirma Iván San Félix, analista de valores de Renta 4—. El Real Decreto 1578/2008 ha limitado mucho el crecimiento del sector porque las rentabilidades se han reducido, y eso echará atrás muchos proyectos y hará que algunas compañías reduzcan sus inversiones". Y es que la nueva tarifa estipulada por el Estado supone una reducción cercana al 29% respecto a la anterior legislación. Es decir, que el que ahora quiera invertir en una instalación solar fotovoltaica tendrá un rendimiento económico sensiblemente menor que aquel que lo hubiera hecho antes del pasado 29 de septiembre, bajo el paraguas del anterior Real Decreto 661/2007. Aunque los hay que se mantienen firmes. Mejor obtener rentabilidades, aunque sean menores, a través del negocio solar, que no tener ningún ingreso porque la venta de pisos está congelada. "Invertir en fotovoltaica es tan seguro como hacerlo en el Tesoro Público —afirma el portavoz de Asif—. Su rentabilidad está garantizada por las tarifas eléctricas públicas que pagamos todos", explica.
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